“Traidores”. Así definen los talibanes a todos aquellos que trabajaron como traductores e intérpretes en Afganistán, bien sea directamente con gobiernos extranjeros o con medios de comunicación.

Desde el de 15 agosto, Afganistán se ha convertido en una nación en crisis, liderada por extremistas islámicos. Las crudas imágenes de miles de hombres, mujeres y niños queriendo escapar del país han conmocionado al mundo.

La orden de retirada de las tropas del gobierno de Estados Unidos fue el detonante para que las fuerzas de los talibanes salieran de la oscuridad para retomar el poder tras 20 años.

Luego de la huida de Ghani, presidente de Afganistán, los rebeldes llegaron a la ciudad de Kabul y la reclamaron para ellos. Los talibanes tomaron el control y entraron en el palacio presidencial. Desde entonces, diplomáticos, políticos y personal extrajeron han abandonado el país

Pero un gran número de trabajadores afganos quedó atrás. Entre ellos figuran especialmente los traductores e intérpretes. Todos los colegas de esta noble profesión se encuentran en este momento en riesgo de perder su vida y la de su familia en manos de los talibanes, quienes juzgan su trabajo como un “crimen” perpetrado hacia sus creencias.

Traductores e intérpretes en Afganistán

Afganistán es desértico, rodeado de montañas, sin salida al mar y con 4,6 millones de habitantes aproximadamente. Es considerado como un país multilingüe. Los dos idiomas más hablados y oficiales son el pastún y el dari. Sin embargo, su población realmente alberga más de 40 idiomas menores y 200 dialectos diferentes.

Es por ello que, desde la invasión militar de la OTAN en 2001, miles de afganos han arriesgado su vida trabajando como traductores e intérpretes. Ya sea para trabajar dentro de las embajadas y organizaciones mundiales, como para ejercer dentro de los campamentos militares en todo el país.

Los traductores es intérpretes han sido claves para las fuerzas militares que luchan contra los talibanes. Es por ello que están la lista de los primeros objetivos de los rebeldes, como colaboradores de los gobiernos extranjeros.

No se sabe exactamente cuántos traductores e intérpretes hay en Afganistán. Uno de los países que más traductores ha contratado es Estados unidos. Se estima que han trabajado con el ejercito estadounidense aproximadamente 50.000 intérpretes. Durante el mes de junio el país norteamericano recibió a 200 afganos de un grupo inicial de 2.500. Un número evidentemente insignificante.

El grupo rebelde declaró que los ex intérpretes que trabajaban para las fuerzas extranjeras no estaban en riesgo. Advirtió que deberían “mostrar remordimiento por sus acciones pasadas y … no participar en tales actividades en el futuro que equivalgan a traición contra el islam y el país “.

Sin embargo, los gritos de auxilio de traductores e intérpretes en Afganistán han ido llenando las redes, y su desesperación evidencia que el Talibán no estaría siendo realmente tan “misericordioso” con ellos.

Algunas historias

La realidad es que los intérpretes son ejecutados. Diversos trabajos y reportes han señalado que desde el 2014 más de 350 traductores han sido asesinados por los talibanes, cuando aún no tomaban el control del país.

Tan solo uno de ellos es Sohail Paradis, un joven de 32 años que había trabajado durante 16 meses para las tropas estadounidenses. Había recibido amenazas de traidor y este mes de julio cayó en manos de la bandera talibán en un punto de control en el desierto. Fue degollado.

Jane Ferguson, colaboradora de New Yorker, nos cuenta la realidad de estos intérpretes.

“SMS que recibí esta noche de un ex intérprete del ejército estadounidense en #Afganistán: “Por favor, rescátenme a mí ya mi familia, ya que me encuentro solo en una situación crítica aquí en #Kabul, ya que mucha gente me conoce como #interprete de EE. UU., Me matarán a mí ya mi familia”.

Pero la realidad es que son muchos traductores e intérpretes en Afganistán que están lejos de poder obtener visas y asilo político. Esto muchas veces es debido a que fueron contratados a través de compañías (terceros), por lo que no aparecen como empleados directos de los gobiernos. En otras ocasiones, es simplemente porque sus empleadores no han cumplido sus promesas.

Es por ello que, diferentes entes y organizaciones han hecho un llamado a los gobiernos para proteger sus vidas. Uno de ellos ha sido el Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE), quien se han dirigido directamente a la Unión Europea para pedirle acoger a los intérpretes locales y sus familias.

Qué han hecho los gobiernos

Hasta ahora, aunque países como Canadá, República Checa, Australia y Croacia, ya han recibido a los empleados y traductores afganos que colaboraron junto a sus diplomáticos, aún quedan miles de intérpretes y traductores que esperan respuesta fuera del aeropuerto o escondidos en sus casas.

Ante la crisis de Afganistán, el Reino Unido ha declarado que su prioridad para conceder el asilo político son los traductores quienes trabajaron con las tropas británicas, ya que son una población en riesgo.

España por su parte se prepara para acoger a afganos que trabajaron con sus tropas. Sin embargo, hay varios intérpretes que han trabajado para las tropas españolas cuyas peticiones han sido denegadas por “no cumplir con los requisitos.” El gobierno español, en conjunto con los ministerios de Exteriores, Defensa e Interior se encuentra elaborando un plan. Uno de los requisitos para la admisión de las solicitudes es comprobar que los solicitantes de asilo no “supongan un peligro” para el estado Español.

Una tragedia que se pudo evitar

Aunque el presidente de los Estados Unidos Joe Biden prometió facilitar la evacuación de los intérpretes, y así llevarlos a la nación norteamericana antes de agosto, son muchos los que hacen fila en una larga lista de espera para optar por la visa y al asilo político.

Desde 2008 han sido muchos los traductores que junto a su familia se han mudado a Estados Unidos con una visa especial de inmigrante otorgada por su servicio. Pero se estima que aun que unos 20.000 intérpretes se encuentran buscando una salida.

Además, el proceso de visado para los traductores es complejo lento y lleno de muchos obstáculos. Y esto no solo para optar mudarse a Estados Unidos, sino para cualquier país.

Para optar a una visa u pedir asilo político en los Países Bajos, los intérpretes deben completar un formulario de 20 páginas. En este, hay preguntas como “¿Cómo sabe que está en peligro debido a su trabajo para los soldados holandeses?” y “¿Podría vivir de forma segura en otra parte de Afganistán?”

El tiempo está corriendo acelerada y dramáticamente para los traductores que aún permanecen en Afganistán junto a su familia. Muchos señalan que esta es una tragedia que se pudo haber evitado, si el proceso burocrático para los traductores, entre otros factores, hubiese sido distinto.